Ars Secreta
4jun/093

El secreto del dios Mitra (II)

Hace algunos meses, a comienzos de año, publiqué aquí un extenso artículo sobre la basílica de San Clemente en Roma, y más especialmente sobre el misterioso y fascinante mitreo que oculta en sus entrañas. En aquel texto detallé con cierta extensión las características del mitraísmo –uno de los cultos mistéricos más interesantes–, y en especial algunas claves sobre sus manifestaciones artísticas. Hoy, aprovechando que tengo un pequeño respiro de trabajo, quería compartir con vosotros otro ejemplo de arte mitráico. En este caso se trata de un fresco datado en los siglos II-III d.C., que se encuentra en un mitreo de la localidad de Marino, en las cercanías de Roma.

Mitreo Marino

Este mitreo fue construido aprovechando una cisterna preexistente, excavada en la roca, y tras 1.700 años oculto, fue descubierto por casualidad en 1963. Para llegar hasta el sancta sanctorum, en el que se encuentra la pintura –magníficamente conservada–, hay que recorrer un pasillo de casi treinta metros de longitud y tres de anchura. El fresco muestra la habitual escena de la tauroctonía –sacrificio del toro–, flanqueada por las habituales figuras de Cautes y Cautópates. Pero además, la imagen cuenta con otra particularidad: la escena central está enmarcada por dos columnas con pequeños cuadros en los que se representan distintos episodios de la vida del dios.

Tauroctonía en Marino, Roma

Espero que lo disfrutéis. En mi opinión, las obras de arte vinculadas a los distintos cultos mistéricos constituyen una de las fuentes más singulares de iconografía esotérica. Como siempre, podéis ver las imágenes en mayor resolución pinchando sobre ellas.

Enlaces relacionados:

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-El zodíaco de Cristo (I)

-El zodíaco de Cristo (II)

-Los misterios de Eleusis

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5feb/094

El Panteón: ¿un gigantesco reloj solar?

pantheon

Acabo de leer en The New Scientist un interesante artículo en el que se muestra la curiosa hipótesis de un historiador neozelandés sobre el hermoso Panteón de Roma, construído por Agrippa. Como no tengo demasiado tiempo en estos momentos, pero no quería dejar de compartir la historia con vosotros, me he limitado a hacer una traducción rápida del texto (perdonad los posibles errores). Sin duda, se trata de una idea bastante sugerente…

¿Ha ocultado el Panteón de Roma un secreto durante casi 2.000 años? Un experto así lo cree, y argumenta que el edificio romano actúa como un reloj solar colosal.
El imponente templo, completado en el año 128 d.C., es uno de los edificios más impresionantes que sobrevive desde la antigüedad. Consiste en una cámara cilíndrica rematada por un tejado con cúpula que cuenta con un oculus en lo alto que permite el paso de un dramático rayo de luz solar. Además, cuenta con un atrio provisto de columnas en su parte frontal.

Cuando Robert Hanna, investigador de la Universidad de Otago en Dunedin (Nueva Zelanda), visitó el Panteón en 2005 –mientras investigaba para la elaboración de un libro–, se dio cuenta de que el Panteón podría haber sido algo más que un simple templo. Durante los meses del invierno, la luz del sol del mediodía traza una trayectoria a través del interior de la cúpula. En verano, con el sol en lo más alto del cielo, el rayo de luz alumbra los muros inferiores y el suelo. En los dos equinoccios, en marzo y septiembre, la luz solar que atraviesa el óculo impacta en la unión entre el muro y el suelo, sobre la gran puerta norte del Panteón. Una verja existente sobre la puerta permite que un haz de luz llegue al atrio de entrada, el único momento del año en el que esta zona queda iluminada si las puertas están cerradas.

esquema

Luz solar durante los equinoccios. (Infografía: New Scientist)

Hannah cree que no se trata de una coincidencia. En tiempos romanos era habitual utilizar un hemisferio hueco con una abertura en lo alto como reloj solar, aunque a una escala mucho menor, lo que permitía mostrar la época del año. Mientras la cúpula del Panteón es bastante plana en el exterior, forma un hemisferio perfecto en el interior. “Esto es una característica de diseño bastante deliberada”, asegura Hannah.

Panteón significa “todos los dioses”, y el techo del edificio representa la cúpula celeste, donde los romanos creían que los dioses residían. En el equinoccio, el sol está en el ecuador celeste, que fue visto como la parte más estable del cielo, un hogar eterno perfecto para los dioses. Hannah piensa que al señalar los equinoccios, el Panteón intentaba elevar a los emperadores hasta el reino de los dioses.

James Evans, un historiador de la astronomía en la Universidad de Puget Sound del estado de Washington, está intrigado: “El arquitecto del Panteón ciertamente estaría al tanto de las conexiones simbólicas entre el Cósmos y el Imperio, y entre el Sol y el emperador”. Sin embargo, Evans no cree que el caso esté probado, pues no se conservan marcas en el Panteón que lo relacionen con un reloj solar.

Por el contrario, Hannah señala que los relojes solares raramente venían con instrucciones: “Eran parte de la cultura, no necesitaban explicárselo a sí mismos”.

En mi opinión, y conociendo el interés de los antiguos romanos por la alineaciones astronómicas y su uso en la construcción de edificios y diseño de ciudades, la teoría de Hannah no me parece nada descabellada. De hecho, el simbolismo astronómico-religioso del Panteón es bien conocido, aunque ciertamente la hipótesis del reloj solar es bastante original. Si tenéis la ocasión de visitar en persona el bello templo romano, podréis comprobar que en su interior –y a pesar del alboroto que generan los cientos de visitantes que hay a todas horas–, se percibe una atmósfera realmente especial.

En otra ocasión os hablaré de otra construcción romana –en este caso ubicada en Atenas–, cuyas características astronómicas están plenamente demostradas: la Torre de los Vientos.

Fuente: Is the Roman Pantheon a colossal sundial? (New Scientist)

Fotografía: (c) Javier García Blanco / Istockphoto

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12ene/074

Puertas mágicas…

Cuenta una leyenda recogida por el abad Francesco Girolamo Cancellieri en una de sus obras (Sopra la statua del Discobolo scoperta nella villa Palombara, 1806), que cierto día, allá por el siglo XVII, un misterioso peregrino llamó a las puertas del Palacio Riario, hogar en Roma de la reina Cristina de Suecia, quien había establecido su residencia en la ciudad tras convertirse al catolicismo y abdicar del trono de su país. La reina estaba por aquel entonces muy interesada en la alquimia, llegando incluso a establecer un moderno laboratorio para realizar tales prácticas, en compañía de los alquimistas más célebres del momento.

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Retrato de Cristina de Suecia.

El extraño peregrino solicitó a Cristina que le permitiera utilizar su laboratorio, con la intención de descubrir la Piedra Filosofal. La reina accedió, y el misterioso personaje pasó algunos días trabajando, hasta que cierta jornada le explicó a la reina que debía salir en busca de una hierba de propiedades mágicas que le permitiría terminar su trabajo. El alquimista le pidió además un lugar donde ocultar dos vasos de licor que, una vez obtenida la hierba, darían lugar al oro. Así se hizo, y el brebaje se guardó bajo dos llaves. Una de ellas se la quedó la reina y la otra el alquimista. Éste partió en busca de la hierba y, tras varios días sin noticias de él, la reina comenzó a impacientarse. La reina, molesta por no saber nada de su protegido, ordenó que rompieran la caja fuerte para hacerse con el preciado líquido alquímico de su interior. Cuando al fin lograron abrirla, encontró uno de los frascos lleno de oro sólido y el otro con plata.

Algún tiempo después, el marqués Massimiliano Palombara, también alquimista y amigo de Cristina de Suecia, vio a un desconocido que curioseaba en el jardín de su mansión, como si buscara algo entre las plantas. Cuando los empleados del marqués le sorprendieron, el hombre explicó que estaba buscando una planta con la que obtener el oro. El marqués se mostró muy interesado en aquel personaje, pues ya conocía lo ocurrido en el palacio de Cristina. Así que le hizo pasar y le invitó a seguir sus estudios alquímicos en su laboratorio. Ante la atenta mirada del marqués, el misterioso peregrino se puso manos a la obra, mezclando la hierba con otros materiales, y le dijo a Palombara que a la mañana siguiente le explicaría el secreto de la Piedra Filosofal.

Sin embargo, cuando amaneció, el marqués encontró la puerta del laboratorio cerrada. Cuando consiguieron abrirla, el alquimista misterioso había escapado por una ventana. Pero no todo estaba perdido. En el suelo encontraron restos de oro, y sobre la mesa unos pergaminos repletos de símbolos extraños, que son los que hoy pueden verse grabados sobre la Puerta Mágica de Roma.

El relato anterior es, como digo, una leyenda, que surgió entre la población romana para dar explicación a la existencia de la citada Puerta Mágica (o Alquímica), situada en la Plaza Vittorio Emmanuele de Roma. En el libro explico cuál fue el auténtico origen del enigmático portal, y las diversas hipótesis que se han propuesto para explicar su oscuro significado. Sin duda alguna, constituye un magnífico ejemplo de obra de arte cargada de simbolismo hermético y, además, del gran interés que algunos monarcas y miembros de la aristocracia manifestaron en su día por diversas disciplinas y creencias poco ortodoxas.

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La misteriosa Puerta Mágica de Roma.

Tal y como expliqué en la primera entrada, este blog pretende ser un complemento de mi libro, en el que pretendo ampliar lo que en él se cuenta. Pues bien, aquí tenéis otro dato que se quedó en el tintero por falta de tiempo y espacio. La de Roma no es la única "puerta" de estas características que existe en Italia. En la pequeña localidad de Rivodutri existe un umbral similar, conocido como Arco Alchemico o Porta di Nicolò (bajo estas líneas), y que guarda ciertas semejanzas. Por desgracia, los datos que existen sobre esta otra puerta no son muchos, y los interrogantes que genera son numerosos. De todos modos, eso no impide que podamos disfrutar de su belleza y de los numerosos símbolos herméticos que en ella se representan. Otro día, más obras de arte relacionadas con el Arte de la Alquimia...

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