Ars Secreta
28abr/074

El número de Dios

PortadaHace ya algún tiempo que tenía pensado añadir una nueva categoría, un apartado de recomendaciones bibliográficas relacionadas con la temática del blog, pero como me suele pasar siempre, había ido posponiéndolo ;-) . Hoy por fin me he puesto manos a la obra, y como se trata del post que inicia la sección, he pensado escoger algo ligerito. ¿Y qué mejor que una novela? El libro en cuestión se titula El número de Dios (ed. Edhasa), del aragonés José Luis Corral, escritor y profesor de Historia en la Universidad de Zaragoza.

La historia que relata está ambientada en el siglo XIII, y gira en torno a la construcción de varias catedrales, entre ellas la de Burgos, a través de los ojos de un maestro de obras francés y de una experta pintora. En mi opinión no es la mejor novela de Corral (prefiero la más reciente El caballero del Templo), pero recoge bastante bien los entresijos de lo que suponía para un burgo de la época la construcción de una catedral, y de cómo funcionaban los gremios de constructores medievales. Os añado aquí una breve sinopsis extraída de la web de la propia editorial:

"Al hilo de la trayectoria de Teresa Rendol, una pintora acosada por las persecuciones religiosas, El número de Dios se centra en la construcción de las catedrales de Burgos y León, para exponer la transmisión del secreto con que los constructores de la época erigían sus monumentales edificios. Esto permite al autor exponer un momento de transición en la historia del arte (la llegada a la Península del gótico), mostrar la amenaza que suponía la Inquisición, recrear las formas de vida de la época, y mostrar la situación de la mujer y el papel poco conocido que tuvo en la construcción y decoración de catedrales."

Bueno, pues por el momento aquí termina la primera recomendación bibliográfica. La próxima toca ensayo. ;-)

26dic/0614

La importancia de la geometría

Ante todo, los maestros de obra de las logias de constructores medievales eran expertos geómetras. Con la única ayuda de figuras geométricas básicas, como el círculo, el cuadrado y el triángulo, eran capaz de diseñar las plantas y alzados más complejos, además de los diseños de figuras humanas y animales representadas en esculturas y vidrieras.

Por este motivo, no es extraño que en numerosos edificios veamos representados algunos de los "atributos" que les identificaban, como el compás, la escuadra o el nivel. Estos símbolos corporativos fueron más tarde heredados por la masonería especulativa, que aún hoy los utiliza en sus templos e indumentaria.

Como muestra de la importancia que tenía la geometría entre los constructores medievales, os dejo un par de ejemplos. El primero es una hermosísima vidriera existente en la catedral de Chartres, en la que se observa a un maestro de obras trazando el plano de un edificio con su compás. La otra imagen pertenece a una de las páginas del cuaderno de trabajo del maestro Villard de Honnecourt, un arquitecto medieval cuyas anotaciones han permitido conocer con cierto detalle las técnicas y procedimientos que utilizaban estos expertos trabajadores. Si os fijáis veréis, por ejemplo, el uso del pentagrama para crear figuras humanas (pinchad en ambas imágenes para verlas en mayor tamaño).

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24dic/061

¡Feliz solsticio de invierno!

Hoy, 24 de diciembre, el mundo cristiano celebra la Nochebuena, la víspera del nacimiento del Mesías, Jesucristo. A pesar de la tradición piadosa, todos los estudiosos saben en la actualidad que, en realidad, la elección de esta fecha para señalar el nacimiento de Jesús no es más que una adaptación de una creencia pagana anterior.

En fechas muy tempranas (siglo IV) el cristianismo se apropió de la fecha del 25 de diciembre –el Dies Natalis invicti o Natividad del Sol invencible– para celebrar la natividad de Jesús, fecha en aquel momento asociada a divinidades romanas y ya utilizada anteriormente por otras confesiones religiosas de diversas culturas. La elección de esta fecha se debía a que dichos cultos celebraban el solsticio de invierno, momento en el que el Sol culmina su descenso para después iniciar de nuevo su ascenso triunfante. De este modo, en la antigüedad identificaron esa fecha con la de la resurrección del Sol, la festividad del Sol Invictus (Sol invencible) asociada después al propio Cristo .

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Estatua del dios Jano. Museos Vaticanos.

Quisiera aprovechar para hacer mención a la especial veneración que las corporaciones de constructores romanos rindieron a un dios en particular. Se trata del dios Jano (Janus en latín). Esta deidad destaca, entre otras cosas, por aparecer siempre representada con dos rostros, cada uno de ellos mirando en dirección opuesta. Esta imagen se conoce como «Jano bifronte», y tan peculiar iconografía procede del hecho de que era el dios de los comienzos y los finales —de ahí que se diera su nombre al mes de enero, januarius, en inglés january, el mes que inicia el año—. Pero más importante era aún que se consideraba a Jano el dios de los solsticios, las «puertas solsticiales» o «puertas del cielo». Así, el solsticio de verano —fecha a partir de la cual la luz diurna se va reduciendo diariamente— era llamado janua inferni, la puerta del infierno o de los hombres, y el solsticio de invierno, janua coeli, la puerta de los dioses. Además, esta divinidad era para los miembros de los collegia fabrorum romanos –los constructores–, el dios de iniciación a los misterios...

Otro día hablaremos de la pervivencia de la veneración a Jano entre las logias de canteros medievales, aunque bajo la forma de los dos juanes –Bautista y Evangelista–, cuyas festividades coinciden precisamente con los dos solsticios. Como veremos en su momento, su representación guarda más de una similitud con la del dios romano.

Lo dicho, ¡Feliz solsticio de invierno!