Un menhir en la catedral
En no pocas ocasiones, los templos cristianos se edificaron en lugares donde hasta ese momento había antiguos santuarios paganos. Esta práctica tenía su razón de ser, por un lado, en que así la "evangelización" de los habitantes de la zona resultaba más sencilla, pues el nuevo culto suplantaba al anterior en un lugar que para los fieles tenía una significación especial. Por otro lado, el acto de "suplantación" simbolizaba el triunfo de la nueva religión sobre la antigua. Algo similar sucedió también, por ejemplo, con algunas de las festividades paganas más importantes (como solsticios y equinoccios), que fueron sustituidas con fechas cristianas señaladas, como la festividad de un santo concreto, la Natividad, la Anunciación o la Epifanía.
Por otra parte, también es muy probable que los constructores cristianos escogieran estos lugares hasta entonces paganos porque consideraban que aquellos enclaves eran efectivamente especiales, lugares sagrados donde el contacto o la relación con lo divino resultaba más fácil o efectivo. Por ejemplo, se cree que en el lugar donde hoy se levanta el célebre Mont Saint-Michel, en la Baja Normandía (Francia), hubo en tiempos un santuario dedicado a Belinus o Belenus, una divinidad celta que se identificaba con Apolo.
Uno de los ejemplos más singulares y llamativos se encuentra en la ciudad francesa de Le Mans, concretamente en el Vieux Le Mans (la ciudad vieja). Allí, sobre la antigua colina donde nació la población, se levantó la catedral de Saint-Julien (siglos XI-XV), que combina partes románicas y góticas. Pues bien, en una de las esquinas del edificio, los turistas no avisados se sorprenden al encontrar allí, pegado a la pared del edificio, un imponente menhir de más de tres metros y medio de altura (algunas fuentes que he encontrado varían en la cifra, atribuyéndole hasta cuatro metros y medio) y una base de 1,30 metros.
La colina donde se asienta el "viejo" Le Mans y la catedral albergó en tiempos pretéritos un oppidum (un enclave fortificado) celta, perteneciente a la tribu gala de los Aulercos cenomanos que colonizaron el lugar desde el 1.000 a.C. aproximadamente. Sin embargo, mucho tiempo antes (en torno al 5.000-4.000 a.C.) el lugar ya estuvo poblado. Según la página web de la Oficina de Turismo de Le Mans, el menhir dataría de esa época prehistórica.
Según varias fuentes, la hermosa mole de piedra rosa fue colocada en su ubicación actual durante la construcción de la catedral en tiempos medievales. Pero antes de que se erigiera esta catedral hubo otros templos cristianos. El primero de ellos parece que fue una iglesia levantada en el siglo VI y se ubicó entre el menhir y un dolmen (este último se conservó hasta 1778, cuando un clérigo poco tolerante logró que se destruyera, cansado de las numerosas supersticiones que existían en torno al megalito). Más tarde, en 1060, el obispo Vulgrin decidió construir un nuevo templo, respetando el menhir y el megalito. Sin embargo, a los pocos años el edificio se vino abajo y hubo que construir una nueva catedral, que no fue dedicada hasta 1120.
La presencia de un menhir y un dolmen en la colina indica que el lugar ya era considerado sagrado por los primitivos pobladores. Hoy en día existen numerosas tradiciones en torno a la "mágica" piedra. Una de ellas asegura que, dependiendo de las condiciones de luz, el menhir da la impresión de ser un gigante ataviado con túnica, sin duda una ilusión óptica causada por las hermosas vetas que muestra la piedra. Son muchos los visitantes que se aproximan hasta él, en busca de la buena suerte que, según dice la leyenda, otorga a quien lo toca. También muchas mujeres proceden a introducir un dedo en alguno de los orificios de la piedra, en la creencia de que favorece la fertilidad.
En tiempos parece que poseyó una cruz en su parte alta –según la leyenda colocada por el propio Saint-Julien–, pero hoy no queda rastro de ella. Sin embargo, existe una moneda del siglo VII acuñada en Le Mans que así lo representa. Seguramente, la colocación de esta cruz pretendía simbolizar el dominio o victoria del cristianismo sobre el antiguo culto pagano.
Por extraño que pueda parecer, éste no es el único ejemplo de "reutilización" de elementos paganos de este tipo en templos cristianos posteriores. En Rudston, en el East Riding de Yorkshire (Inglaterra), la iglesia de la localidad todavía conserva un gran menhir de época prehistórica a su lado.
Os dejo otro par de ejemplos, en este caso de la península ibérica. El primero es la iglesia de la Santa Cruz, en Cangas de Onís; el templo se construyó sobre el dolmen (las dos primeras fotos). El segundo se encuentra en la ermita de San Brissos, en Portugal. En ambos casos se levantaron edificios cristianos aprovechando la existencia de un dolmen.
Hay más casos Os invito a señalar algunos de ellos en los comentarios, o incluso si tenéis fotos de alguno que conozcáis, podéis enviarlas a mi correo: arssecreta arroba gmail.com
La importancia de la geometría
Ante todo, los maestros de obra de las logias de constructores medievales eran expertos geómetras. Con la única ayuda de figuras geométricas básicas, como el círculo, el cuadrado y el triángulo, eran capaz de diseñar las plantas y alzados más complejos, además de los diseños de figuras humanas y animales representadas en esculturas y vidrieras.
Por este motivo, no es extraño que en numerosos edificios veamos representados algunos de los "atributos" que les identificaban, como el compás, la escuadra o el nivel. Estos símbolos corporativos fueron más tarde heredados por la masonería especulativa, que aún hoy los utiliza en sus templos e indumentaria.
Como muestra de la importancia que tenía la geometría entre los constructores medievales, os dejo un par de ejemplos. El primero es una hermosísima vidriera existente en la catedral de Chartres, en la que se observa a un maestro de obras trazando el plano de un edificio con su compás. La otra imagen pertenece a una de las páginas del cuaderno de trabajo del maestro Villard de Honnecourt, un arquitecto medieval cuyas anotaciones han permitido conocer con cierto detalle las técnicas y procedimientos que utilizaban estos expertos trabajadores. Si os fijáis veréis, por ejemplo, el uso del pentagrama para crear figuras humanas (pinchad en ambas imágenes para verlas en mayor tamaño).
El Sello de Salomón, en la catedral de Burgos
Aquí os dejo una pequeña muestra del tipo de material que pretendo ir publicando en este blog. Se trata de una fotografía de la fachada de la catedral de Burgos. En ella se aprecia (lo podéis ver más claramente en la foto de mayor resolución) la presencia del llamado Sello de Salomón o Estrella de David, un símbolo cargado de significado (iremos viéndolo más adelante) y a menudo utilizado por los constructores medievales.