El simbolismo ocultista de Jean Delville
Al hablar del pintor holandés Piet Mondrian, ya avancé que muchos otros artistas de finales del siglo XIX y comienzos del XX se vieron atraídos por distintos aspectos del esoterismo y el ocultismo. En este sentido, destacaron de forma especial algunos simbolistas, y más concretamente aquellos vinculados al Salón de la Rosa + Cruz del polémico escritor y ocultista Joséphin Péladan (1859-1918).
Tendremos ocasión de ir viendo a algunos de estos pintores pertenecientes al Simbolismo más adelante, y en entradas separadas. Hoy me gustaría detenerme en uno de ellos, el belga Jean Delville (1867–1953), quien podría servir de ejemplo perfecto para introducir la cuestión. Además, este es uno de los temas que, por falta de tiempo y espacio, me vi obligado a suprimir de Ars Secreta. Así que espero que os resulte interesante.
Delville estuvo muy influido por “Sâr” Péladan, y llegó a exponer en sus salones. Pero, además, Delville era un ferviente seguidor de la Cábala, la magia, el hermetismo y, más tarde, de la teosofía (en la última década del siglo XIX pasó a formar parte de la Sociedad Teosófica, de la que llegó a ser secretario en Bélgica) y de Krishnamurti. Por si fuera poco, el pintor belga estaba convencido de la existencia de la telepatía, de la reencarnación y de "un fluido divino". Como vemos, y tal y como explica Michael Gibson en su recomendable libro El Simbolismo (Ed. Taschen. Colonia, 2006), "Delville (…) estaba impregnado del espíritu del ocultismo". Su interés por estas doctrinas le llevó, incluso, a escribir un ensayo, titulado Dialogue entre nous… (Diálogo entre nosotros. Argumentación cabalística, ocultista, idealista), donde desarrolla sus ideas sobre dichos temas.
Los tesoros de Satán (1895).
Evidentemente, todas estas creencias tan peculiares se dejaron sentir en su creación artística. Buenos ejemplos de estas ideas son las pinturas El amor de las almas (1900), una fusión del hombre y la mujer como símbolo del andrógino, así como Los tesoros de Satán (1895), en la que el Maligno toma posesión de numerosos cuerpos desnudos al danzar sobre ellos. Igualmente sugerentes son Parsifal (1890), El ídolo de la perversidad (1891) o Retrato de Mrs. Stuart Merrill (1892).
Todas estas obras son, además de muy bellas, profundamente misteriosas e inquietantes. Constituyen un reflejo de la estética simbolista pero, sobre todo, son deudoras de unas ideas y convicciones esotéricas que el pintor belga supo plasmar en sus lienzos.
Al igual que otros muchos artistas, Jean Delville no vivió lo suficiente para ver reconocido su trabajo. Aunque sigue sin ser un pintor muy conocido por el gran público, hoy sus pinturas se exponen en museos como el de Orsay (París) o el Museo de Bellas Artes de Bruselas. Sirva esta entrada como modesto homenaje. Espero que su obra os guste tanto como a mí.
PD: Os dejo un enlace en el que ver algunas de sus obras. Pinchad aquí.
5 abril, 2007 - 01:44
me gusta muchisimo el trabajo de Delville, especialmente Medusa, que no fue nombrada en el articulo…
20 enero, 2008 - 17:55
Me Gustaria que alguien me ayudara a encontrar una pintura de Delville que se llama “Human God”, esa pintura a he visto en la web, pero la quiero en buena resolucion, si alguien pudriara ayudarme lo agradeceria eternamente…
Gracias.