El número de Dios
Hace ya algún tiempo que tenía pensado añadir una nueva categoría, un apartado de recomendaciones bibliográficas relacionadas con la temática del blog, pero como me suele pasar siempre, había ido posponiéndolo . Hoy por fin me he puesto manos a la obra, y como se trata del post que inicia la sección, he pensado escoger algo ligerito. ¿Y qué mejor que una novela? El libro en cuestión se titula El número de Dios (ed. Edhasa), del aragonés José Luis Corral, escritor y profesor de Historia en la Universidad de Zaragoza.
La historia que relata está ambientada en el siglo XIII, y gira en torno a la construcción de varias catedrales, entre ellas la de Burgos, a través de los ojos de un maestro de obras francés y de una experta pintora. En mi opinión no es la mejor novela de Corral (prefiero la más reciente El caballero del Templo), pero recoge bastante bien los entresijos de lo que suponía para un burgo de la época la construcción de una catedral, y de cómo funcionaban los gremios de constructores medievales. Os añado aquí una breve sinopsis extraída de la web de la propia editorial:
"Al hilo de la trayectoria de Teresa Rendol, una pintora acosada por las persecuciones religiosas, El número de Dios se centra en la construcción de las catedrales de Burgos y León, para exponer la transmisión del secreto con que los constructores de la época erigían sus monumentales edificios. Esto permite al autor exponer un momento de transición en la historia del arte (la llegada a la Península del gótico), mostrar la amenaza que suponía la Inquisición, recrear las formas de vida de la época, y mostrar la situación de la mujer y el papel poco conocido que tuvo en la construcción y decoración de catedrales."
Bueno, pues por el momento aquí termina la primera recomendación bibliográfica. La próxima toca ensayo.
La asombrosa geometría del arte islámico
Hoy continúo con otra noticia que apareció en los medios hace ya un par de meses, pero que por falta de tiempo me fue imposible postear en su momento. En febrero, la prestigiosa revista Science, publicaba un estudio del matemático Peter Lu, de la Universidad de Harvard, en el que se afirma que algunas obras de arte islámicas de época medieval incluyen avanzadísimas claves matemáticas.
Todo comenzó durante unas vacaciones por Uzbekistán, en Asia Central. Fue entonces cuando Lu se vio intrigado por las hermosas y complejas decoraciones geométricas presentes en algunos de los edificios islámicos que iba visitando. A su regreso a casa, y tras estudiar más a fondo el asunto, llegó a una sorprendente conclusión: los artistas islámicos de la Edad Media utilizaban una geometría muy compleja, hasta el punto de que las teorías matemáticas que permiten realizar tales diseños no fueron planteadas hasta finales del siglo XX. "Sus azulejos reflejan unos conocimientos matemáticos tan avanzados que nosotros no los hemos descubierto hasta hace 20 o 30 años", explicó Lu.
Las conclusiones del matemático publicadas por Science revelan que los artistas musulmanes de comienzos del siglo XIII ya aplicaban con maestría estos conocimientos geométricos. Este hecho no implica, sin embargo, que dichos artesanos hubieran descubierto estas teorías matemáticas, sino que aplicaban este conocimiento de forma intuitiva, según Lu. Hasta el momento los especialistas creían que los artistas realizaban estos bellos diseños utilizando reglas y compases, herramientas con las que trazaban líneas en zig zag para más tarde crear figuras geométricas más o menos complejas. Sin embargo, gracias al descubrimiento de Lu, ahora se sabe que empleaban lo que los expertos denominan "concepto cuasicristalino", utilizado para incluir figuras poligonales, como estrellas, para generar complejísimos diseños simétricos que no se repiten.
En función de los conocimientos tradicionalmente atribuidos a estos artesanos y de las herramientas empleadas por ellos, Lu esperaba encontrar algunos errores en los patrones, sobre todo en decoraciones de gran tamaño. Sin embargo, éstos eran asombrosamente perfectos, lo que llevó al profesor a indagar más a fondo y, al final, realizar este descubrimiento.
El arte islámico prohibe la representación de figuras humanas, por lo que los artistas se especializaron en el uso de motivos vegetales, caligráficos y geométricos, alcanzando cotas muy altas de refinamiento y perfección. Otro día profundizaremos en el significado simbólico de algunas de estas formas geométricas, que los artistas islámicos utilizaron en sus hermosas decoraciones de mosaicos.
-Entradas relacionadas:
La importancia de la geometría
-Más información:
Sofisticada geometría en el arte islámico - BBC News
Peter J. Lu -> Es la web del autor del descubrimiento. Aquí encontraréis enlaces al artículo original, en formato pdf, y enlaces a más información.
El manuscrito Voynich, en Flickr
Con algo de retraso (lo siento, pero llevo unos días de mucho lío), me hago eco de una entrada publicada en el excelente blog Microsiervos. No es exactamente el tipo de obras que suelo publicar aquí, pero puesto que se trata de un manuscrito iluminado rodeado de misterio, creo que puede interesaros.
No voy a extenderme aquí sobre el manuscrito, pues la Wikipedia cuenta con una entrada bastante completa sobre el asunto. Básicamente se trata de un antiguo documento de autor desconocido, ilustrado con extraños dibujos y cuyos textos no han podido ser descifrados hasta el momento (una de las hipótesis con más fuerza últimamente sugiere que no es más que una broma, y que el texto carece de sentido).
La novedad que publican en Microsiervos es que un usuario de Flickr! ha creado un set con imágenes en alta resolución del manuscrito. Así que ya sabéis, si os animáis a probar suerte, quizá consigáis descifrarlo
Carlos Schwabe y el Salón de la Rose + Croix
En ocasiones anteriores ya he mencionado la relación existente entre algunos artistas simbolistas y el esoterismo. Y más concretamente, entre algunos de estos pintores y los Salones de la Rose + Croix de Joséphin Péladan. En un post anterior vimos algunas de las pinturas de Jean Delville y hoy quería mostraros algunos de los trabajos de Carlos Schwabe.
Aunque nació en Alemania en 1866, Schwabe se trasladó pronto a Ginebra (Suiza), donde se crió y desarrolló su interés artístico. En 1890 se marchó a vivir a París, y allí conoció a Joséphin Péladan (el Sâr), quien le convenció para que participara en uno de sus Salones. Schwabe accedió, y de hecho fue él quien diseñó el cartel para el primer Salón de la Rose + Croix, lo que sin duda ayudó al éxito del mismo. En este póster podemos ver dos figuras femeninas que ascienden unas escaleras, hacia la luz. En la parte baja del diseño vemos también una tercera mujer, de aspecto triste y apesadumbrado, que está atrapada en el materialismo.
Además de su participación y relación con Péladan y sus Salones (sólo participó en uno de ellos), Schwabe también realizó ilustraciones para las obras de algunos poetas y escritores de época simbolista, como Mallarmé o Baudelaire (por ejemplo, para su obra Les fleurs du mal). Buena parte de sus obras suelen mezclar escenarios oníricos, imágenes inquietantes y personajes de pesadilla.
Os dejo con algunas de sus obras. Una de las más célebres es La muerte del enterrador (1895-1900), en la actualidad en el Museo del Louvre. Os enlazo también varios dibujos y diseños preparatorios de esta pintura, que para mí es fantástica. Espero que las disfrutéis...
Una galería con más imágenes de Schwabe, aquí.
Enlaces relacionados: El simbolismo ocultista de Jean Delville
El laboratorio del alquimista (I)
Después de un largo silencio –motivado por las vacaciones de Semana Santa y un exceso de trabajo–, con este post quiero iniciar una serie de reseñas sobre obras pictóricas en las que diversos pintores reflejaron su visión de lo que era el laboratorio de un alquimista. La elección de este tema podía deberse a distintos motivos: exclusivamente "técnicos" (la descripción del lugar de trabajo de un mago-alquimista permitía "jugar" al artista); simple reflejo de la curiosidad de la época por esta y otras "ciencias" similares o, incluso, un interés del artista por dicha disciplina. Por otra parte, también podemos encontrar la intención contraria: criticar una práctica que el artista podía considerar absurda, una mera superstición que en muchos casos llevaba al alquimista y a su familia a la ruina.
Hoy os traigo algunas pinturas de David Ryckaert III –también conocido como El Joven (1612-1661)–, un artista belga que representó este tema en repetidas ocasiones. Miembro de una familia con una larga tradición artística, tuvo entre sus temas predilectos la representación de escenas populares y costumbristas, con interiores de tabernas, celebraciones festivas, talleres de artista y, como digo, laboratorios de alquimistas en pleno trabajo. En ocasiones, los sujetos que representan son sometidos a un fino ejercicio de ironía, una crítica moralizante que en alguno de sus cuadros aplica a ciertos buscadores de la piedra filosofal, como en su Alquimista (1640), hoy conservado en el Museo de Arte de San Diego. En esta obra, un anciano busca en vano la clave para obtener el oro, mientras el escenario en el que se encuentra muestra la pobreza que le rodea.
Como decía un poco más arriba, Ryckaert pintó varios cuadros sobre el tema. Otra de estas pinturas se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Bélgica, data de 1648, y lleva el título de Alquimista en su laboratorio. Hay más ejemplos: El Alquimista, conservado en el Museo del Prado (imagen al final de este párrafo), y otro lienzo con el mismo título, que antiguamente se encontraba en el Museo de Historia del Arte de Viena. También hay otra de sus obras con la misma temática en el Museo de Israel en Jerusalén.
Para otro día, más pinturas representando a alquimistas y sus laboratorios.
Más información:
-CALVO CAPILLA, Susana. "La piedra filosofal". Claroscuro. 17 de junio de 2003. Centro Virtual Cervantes.
Enlaces relacionados:
-El laboratorio del alquimista (II)
-El laboratorio del alquimista (III)